viernes, 1 de abril de 2011

Homesick


Hay una presencia en esta casa. Cambia de forma. Se muda de una habitación a otra. Enfría con rapidez el café sobre la lengua quemada mientras los electrodomésticos convierten nuestras voces en un pantano y los ruidos giran a nuestro alrededor con la fuerza de un desagüe. Hay una presencia en esta casa. Tiene el poder de transformar todo cuanto toca: subir el volumen de nuestras voces, engendrar llamas esbeltas, también abrazos cálidos para la sed y la nostalgia. He visto tu mirada perdida mientras el escritorio se incendia, he fumado sin decir palabra luego de las orquídeas se derritiesen de un golpe. He visto el silencio demoledor de los trofeos y las fotografías mientras cavábamos un hoyo con cuencos de cereales. Es ella, esa presencia que vive a veces en los armarios y los arcones, bajo las escaleras, en el chisporroteo del sartén y en el reflejo de nuestros rostros en una cuchara de metal. He visto todo cuanto ella ha hecho de nuestras paredes y corazones cocinados a la brasa. Hay una presencia en esta casa.

No hay comentarios: