miércoles, 28 de septiembre de 2011

Anatomía del Pelirrojo (II)

una cortina roja
dibuja dos montañas
sobre la blanca dentadura

labios
gruesa cordillera

en el rostro del hombre que llegó
de aquel lugar sin montañas

sábado, 24 de septiembre de 2011

Mi blanco sofá

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Si Virginia se sentase en mi sofá, en mi blanco sofá,
peinaría su cabello largamente.

Fumaría sólo como saben hacerlo las suicidas
con la forma de un vicio que quedará imperfecto
con largas y silenciosas caladas
sin fijar la vista en ningún lugar

Lo haría así, Virginia,
si se sentara en mi sofá, en mi blanco sofá.

No seré yo, poeta,
quien te cuente estas cosas
No seré yo quien traiga la gasolina
a este blanco, mi blanco sofá.

Quítate el miedo
y después la ropa
en mi sofá, en mi blanco sofá.

jueves, 22 de septiembre de 2011

C/ El Almendro

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Últimamente, me siento como el primer día, en la Calle del Almendro.

martes, 20 de septiembre de 2011

Yr. devoted servt.

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Siete AM


En el número uno de una calle angosta, hombres y mujeres alisan la calzada con su paso diario, rápido, desconocido. Un paso que podría ser cualquiera, de no ser porque es ésta y no otra calle la que pisan. En el número uno de una calle inclinada, dos gitanos zapatean con sus botas gastadas y una mujer anciana impide el paso a los transeúntes. Al final, en la avenida, algo parecido a una ciudad se despierta, de a poco. Del otro lado, del lado de acá, una ventana amanece y un escritor sepultado queda ahí como una promesa para las palabras que deberían venir. En el número uno de una calle con bares, alguien da la vuelta, despierta un poco después. Y me da por mirar los patios dormidos, las cuerdas sin ropa, los hoteles dormidos, el frigorífico y su lento rumor de artefacto cansado. Son las siete. Amanece.

En el número uno de una calle angosta algo, siempre, está por ocurrir.

domingo, 18 de septiembre de 2011

In the Reading Gaol...

X

A la señora Constance le iba el rollo espiritista

domingo, 4 de septiembre de 2011

Anatomía del pelirrojo (I)

:
Bajo la sombra roja de tu labio, un suave arco de piel desordena las palabras.
Justo debajo de ese raro oleaje sin rasurar, una boca dibuja, perfecta, la
trayectoria de una línea curva. Entonces, sólo entonces, ocurre el brevísimo
milagro en la sustancia de tu sonrisa.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Ese...

"Ese reino de corazones abiertos, como guayabas ardientes".