domingo, 15 de enero de 2012
L
Y abajo, a miles de pies de altura
a la ciudad se le olvida
cómo rugen los vientres
- de ciertos aviones-
Ya yo recuerdo el lugar exacto de los atascos
tampoco el demorado aspecto de los coches al despegar.
Ya no recuerdo nada
excepto aquella rotonda
donde los coches iban a morirse
en un desagüe de luz y tristeza
En la tele, seguramente,
escucharemos risas grabadas
de gente que murió hace años
Ya no recuerdo nada
excepto aquella rotonda
y el sonido de las turbinas
mientras alguien vuelve 750 pasos la vista atrás.
Ya no recuerdo.
Entonces, lloraba.
Ahora también, pero de otro modo.
De otra forma.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario